Garland, Curtis
¡Pasen, señores, pasen! ¡Entren a contemplar el gran espectáculo del
siglo! ¡Solamente por unos chelines, señores, presencien la maravilla de
las maravillas! ¡Ninguno de ustedes quedará defraudado, o en caso
contrario les será devuelto el dinero a la salida! ¡Señoras y señores,
no duden en adquirir su boleto y entrar en nuestro museo, si son amantes
de las emociones fuertes y del escalofrío! ¡Aquí dentro encontrarán
todo eso y mucho más! ¡Todo el horror y la angustia con que puede soñar
el ser humano, inmortalizada en las maravillosas, únicas y sorprendentes
figuras de cera de monsieur Romain!
¡Adéntrense conmigo, que seré su
guía, por las tortuosas tinieblas de nuestra Cámara de los Horrores,
donde todo parece posible, y donde las criaturas del terror cobran vida
en la magia de la cera moldeada por el genio artístico de monsieur
Romain, el mejor y más perfecto creador de reproducciones fantásticas!
¡Usted, jovencito enamorado, apriete fuertemente la mano de su novia,
cuando la sienta sobrecogida ante el sangriento horror de los seres de
las tinieblas! ¡Usted, bella dama, oprima su pecho con mano firme,
cuando crea que el corazón va a saltar fuera de su cuerpo, ante la
impresionante amenaza de las criaturas del Mal! ¡Usted, caballero, deje a
su niño en la puerta del museo, porque los terrores que vivirá dentro
son demasiado fuertes para la mentalidad impresionable de un muchacho!
¡Y usted, usted... usted... pasen por taquilla, tomen su boleto... y
adentro! Señoras y señores...
Pasen conmigo... ¡Entren con este amable
servidor suyo, hasta el centro mismo del horror, hasta el lugar donde la
cera de monsieur Romain, modelada por el maestro, parece carne viva y
palpitante, donde los ojos inanimados parecen brillar en la oscuridad,
acechándole a usted! ¡Entren con este guía, servidor de ustedes, a la
única, verdadera, terrible y estremecedora... cámara de los horrores!...
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