Rice Morgan
1 - Arena 1
Nueva York. 2120.
Estados Unidos ha sido diezmado, exterminado por la Segunda Guerra
Civil. En este mundo post apocalíptico, los sobrevivientes son escasos. Y
la mayoría de ellos son miembros de una pandilla violenta de predadores
que vive en las grandes ciudades.
Ellos patrullan la campiña buscando
esclavos, nuevas víctimas para llevar a la ciudad, para su deporte
mortal favorito: la Arena Uno. El estadio de la muerte, donde los
adversarios son obligados a pelear hasta la muerte, de manera salvaje.
Sólo hay una regla en la Arena: nadie sobrevive. Nunca.
En lo más profundo del desierto, en las Montañas Catskill, Brooke Moore,
de 17 años, logra sobrevivir, escondiéndose con su hermana menor, Bree.
Ellas tienen el cuidado de evitar las pandillas de tratantes de
esclavos que patrullan la campiña. Pero un día, Brooke no es tan
cuidadosa como siempre, y atrapan a Bree. Los tratantes de esclavos se
la llevan, rumbo a la ciudad, a lo que será una muerte segura.
2 - Arena 2
Habiendo escapado de la isla traicionera que una vez fue Manhattan,
Brooke, Ben, Logan, Bree y Rose van por el Río Hudson en una lancha
robada, con poco combustible, poca comida y necesitando desesperadamente
refugiarse del frío. Pisando sus talones van los tratantes de esclavos,
que no se detendrán por nada hasta capturarlos y llevarlos de regreso.
A
medida que se abren camino río arriba en este thriller post
apocalíptico lleno de acción, en su camino para tratar de encontrar la
mítica ciudad de Canadá, tendrá que utilizar todas sus habilidades e
ingenio y de supervivencia, para mantenerse con vida. En el camino se
encontrarán con los supervivientes enloquecidos, bandas errantes de
depredadores, caníbales, animales salvajes, un páramo desolado y una
tormenta de nieve imparable.
Ellos sufren lesiones, enferman, y el
Hudson se congela y hacen todo lo posible para salvar lo que pueden y
evitar la persecución de los tratantes de esclavos. Ellos encuentran una
pequeña isla y piensan que han encontrado un respiro, hasta que los
acontecimientos no les favorecen. No es hasta que se suben a un
misterioso tren a sin rumbo, que encuentran que las cosas siempre pueden
empeorar.
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