Shaw, Bob
El libro cuenta la historia de una guerra interestelar. El héroe, Mack
Tavernor, es un terrestre que vive en un planeta alejado de las rutas
comerciales de la Federación Terrestre. Mack resulta ser un veterano de
la guerra que los terrestres mantienen con los psitcanos, una raza
alienígena que persigue nuestro exterminio. El ex-soldado, cansado de la
guerra contra los Sycanos, que ha durado ya cuarenta años, ha vuelto a
su hermoso mundo para tomarse un respiro. Sin embargo, la guerra le
seguirá hasta allí. Tavernor se horroriza cuando llega a Mnemosyne una
fuerza militar y reduce el amado bosque a «una llanura brillante y lisa
como el vidrio». Ya había visto algo parecido en otros planetas, donde
las fuerzas cada vez más despóticas de la Tierra Imperial habían vuelto
sus sofisticadas armas contra los rebeldes humanos.
En la segunda parte el autor llega a darnos un cuadro de como podría
ser posible una post-humanidad a través de un recurso astuto: vida
después de la muerte pero no como espíritus, sino como energía (los
egones), y como se relacionaría con nosotros, los vivos.
El palacio de la eternidad (1969) tiene algo de la ingenuidad y de
la seducción de una novela de los años cincuenta, como por ejemplo
Anillo alrededor del Sol. Las caracterizaciones son brillantes, las
especulaciones científicas y técnicas son convincentes, y, sobre todo,
las imágenes y metáforas son memorables.
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