Un día de verano como otro cualquiera, se abre una puerta en el vacío y
empiezan a salir cientos, miles, millones de personas procedentes de
ninguna parte. Dicen que vienen del futuro. Son los hijos de nuestros
hijos.
Un peligro incontrolable acecha en el futuro, y se hace preciso
cortar el puente que los ha traído a través del tiempo. Pero, como suele
ocurrir en estos casos, alguien se deja, una puerta abierta...
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