Carottti Aubel, Hugo Jose
Hay sonidos que quedan impresos para siempre en las entrañas. Cuando
aquella mañana Patrick escuchó el teléfono, no sabía que habían empezado
a doblar las campanas del apocalipsis y que a partir de ese instante su
vida nunca volvería a ser la misma.
Y yo aquí, sentado en la habitación del hotel, con las luces
apagadas frente a la puerta por la que él entrará de un momento a otro.
Haciéndome la pregunta que podría cambiar el destino del mundo… ¿Se
podría renunciar a todo? Es la escalofriante pregunta que me hago.
Tengo, por primera vez en mi vida, una pistola entre las manos, cargada con una sola bala y dos destinos.
Desde que descubrí quién soy, no hago más que pensar en todas las
consecuencias que podrían afectar al futuro del mundo si todos los
planes que hay conmigo se hicieran realidad. Pienso que, si mi identidad
se conociera, se produciría un caos en la opinión pública de una
magnitud sin precedentes. Solo y únicamente comparable con los hechos
que transformaron la historia de la humanidad.
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