Malo, Blas
Sevilla, 1342. Al mismo tiempo que dos reinas deciden el destino de Sevilla y de la Corona de Castilla a través de sus vástagos, un jienense llamado Bernardo se embarca en las guerras contra el infiel junto a su señor. Pero Gil, vasallo leal del rey Alfonso Onceno.
Pero dos manos gobiernan al rey: una, blanca y fría, de la reina María de Portugal, la otra, de color canela y sevillana, de Leonor de Guzmán, su fogosa amante. Alimentados por sus intrigas y pasiones, dos hijos del rey se odiarán hasta cubrir de sangre el reino, dividido entre el infante Pedro y el bastardo Enrique. Mientras, de las cenizas y del recuerdo de la Isbiliya almohade, un mudéjar toledano levantará a orillas del Guadalquivir un sueño, un oasis de azahar y sosiego entre tanta violencia, ansioso por alcanzar la gloria humilde del artesano y la eternidad.
Gil, señor de las Torres Oscuras, buscará la forma de sobrevivir a los estertores que sacuden el reino en una época en que la palabra dada decide la vida y la muerte de un hombre, y en la que Bernardo quedará atrapado en Sevilla entre el deber y el honor, y la razón del corazón, hasta el momento final en que la tierra se torne bermeja.
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