Hill, Joe
¿Qué pasaría si una mañana, después de una borrachera horrible, te despertaras con unos incipientes cuernos en la cabeza? Ignatius Perry se pasó la noche completamente borracho y haciendo cosas horribles. Se despertó a la mañana siguiente con una atronadora resaca, un dolor agudo de cabeza… y un par de cuernos que crecían de sus sienes. Al principio pensó que los cuernos eran fruto de una alucinación, el resultado de una mente dañada por la rabia y el duelo.
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Había morado el último año en un purgatorio privado y solitario, justo después de la muerte de su amada Merrin Williams, que fue violada y asesinada en extrañas e inexplicables circunstancias. Sufrir un colapso mental habría sido lo más normal del mundo. Pero no había nada de normal en esos cuernos, eran demasiado reales. La muerte de Merrin acabó con toda su felicidad. Aun siendo el único sospechoso del crimen, Ig nunca fue acusado ni juzgado. Y nunca se despejaron dudas. En el juzgado de la opinión pública de Gideon, New Hampshire, es y siempre será culpable, porque sus ricos padres, que además tienen muchos contactos, han movido los hilos para que la investigación se desvanezca. Nada de lo que diga o haga importa.
Parece que todo el mundo, incluido Dios, le han abandonado. Sí, todo el mundo, menos el demonio que lleva dentro Ahora Ig posee un terrible poder que combina con su terrible nueva apariencia: un talento macabro que pretende utilizar para encontrar al monstruo que asesinó a Merrin y que destrozó su vida. Ser bueno y rezar por los demás no le han llevado a ninguna parte. Es hora de perpetrar una pequeña venganza… Es hora de que el demonio obtenga lo que se le debe…
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