Canovas, Yolanda
Un viaje a la Italia del Quattrocento
En los albores del siglo XV, comenzó una búsqueda frenética por
Europa. Muchos hombres se lanzaron a la batida, pero el tesoro que
buscaban no eran joyas ni reliquias, era algo mucho más antiguo y
codiciado, y a veces, mucho más peligroso. Aquellos hombres perseguían
el conocimiento, los secretos perdidos del mundo antiguo. La iglesia era un caos, y el papado estaba a disposición de cualquiera que pudiera comprarlo. Los Médici, desde Florencia, controlaban totalmente las finanzas papales, y se les empezó a conocer como “los banqueros de Dios”
También consiguieron las cuentas de las otras familias florentinas
importantes. A la familia que había patrocinado a un pirata para llegar a
papa, no le amedrentó ya nada. Ambición y creación fueron de la mano, y gastar el dinero de forma
que se transformase en prestigio y poder fue la clave del triunfo de la
familia. Bajo la protección de Lorenzo el Magnífico surgieron los
mejores artistas que ha visto el mundo.
El radical Botticelli, el inabarcable Leonardo, que desmontaría el
mundo para ver cómo funcionaba, y un sinfín de creadores de belleza
dispuestos a emocionar a todos los hombres.
Mientras, en las demás ciudades estado italianas, otros luchaban por
su porción de eternidad, imitando a la que fuera la indiscutible reina
de su tiempo, Florencia.
Todos los personajes de esta historia son reales, vivieron en estos
tiempos y lugares, y sus historias son auténticas, excepto los
venecianos Duccio y Giovanna, que pudieron existir, bajo estos u otros
nombres, pero que no encontrareis en las crónicas.
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