Brunner, John
Counce miró directamente a su antagonista, viendo que era un hombre alto, delgado, de cabello color arena, rostro flaco, con ojos hundidos de color gris, manos fuertes y de cortos dedos. Con la clase de tratamiento geriátrico que tal hombre podía costearse, Bassett podría tener cualquier edad entre los cuarenta y los cien años, aunque Counce sabía que se hallaba más bien cerca del extremo inferior de la escala, que del superior.
Arrellanándose en su asiento, captó la incomodidad de Bassett por haberle dejado tomar a él la iniciativa. El silencio se prolongó elástico mientras Bassett miraba al intruso de abajo a arriba y se daba cuenta de que no se parecía en nacía a un hombre corriente.
Por ultimo, dijo:
–Bien. ¿,Qué es lo que desea?
Counce halló luminosa la elección de la pregunta. Se habría esperado que Bassett dijera, ¿Quién usted? Pero Counce no reaccionó de manera perceptible, se limitó a responder:
–Creo que sería mejor que le dijese primero que ya sé yo lo que “usted” quiere.
El Rostro de Bassett reveló una leve turbación que le traicionaba.
–De acuerdo –asintió. – Dígame qué es lo que quiero.
–Usted quiere gobernar la galaxia – concretó Counce.
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