Silverberg, Robert
Silverberg nos recrea la obra clásica Filoctetes de Sófocles de la mano
de Dick Muller, explorador y diplomático intergaláctico. En uno de sus
contactos con otra inteligencia (los hydranos), Muller resulta dañado,
enfermo, trastocado para siempre. Esta enfermedad es una suerte de
plaga, una peste, la peor que se pueda imaginar. La peste que Muller
transmite no es otra que la verdad. La verdad sobre nosotros mismos.
Todo lo que nos hace humanos, los pensamientos y sentimientos que
secretamente nos avergüenzan se vierten de forma incontenible y
desesperada sobre la gente que le rodea. La consecuencia es tajante:
nadie quiere sentir en su propia piel la miseria que encierra la psique
humana. Nadie quiere que le muestren la peor versión de si mismo.
El otrora orgulloso y arrogante Muller, ahora un paria rechazado por
sus congéneres, abandonado, muerto en vida, se embarca en un exilio
voluntario a Lemnos, un mundo cubierto por ruinas laberínticas de otra
raza abandonadas tiempo atrás. Lemnos es conocido por los horrores
reales e imaginarios que alberga su laberinto.
¿Qué busca Dick Muller?
¿La soledad o la muerte? No lo sabemos, tampoco importa. Consigue
sobrevivir cual nuevo minotauro en el implacable dédalo que le observa
durante nueve años enteros, esperando impertérrito cualquier error para
acabar con su vida. Y aquí es donde comienza la historia, cuando nueve
años después del accidente los humanos se ven obligados a buscar a
Muller tratando de que salga de su exilio y salve a la raza humana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario